Tomar conciencia evitará que seamos una cifra más.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso y la obesidad han alcanzado cifras alarmantes durante la última década. En el mundo, a causa de esta enfermedad cada año mueren 2,8 millones de personas, y en Chile según datos del Ministerio de Salud la cifra de fallecidos es una persona por hora.


La obesidad es una enfermedad que se produce debido a la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, perjudicando la salud y comprometiendo órganos vitales como el corazón. Se origina por un desbalance entre lo que comemos y la actividad física que realizamos, si ingerimos mayor cantidad de calorías de las que gastamos se podría generar sobrepeso y con el pasar del tiempo transformarse en obesidad.

Existen diferentes maneras de identificar el nivel de sobrepeso en una persona, la más común es a través del Índice de Masa Corporal (IMC). Esta técnica es la más usada en las consultas nutricionales y consiste en dividir el peso de la persona por la talla en metros al cuadrado. Si el valor es mayor a 30 kg/mt2, hablamos de obesidad.

Las causas de la obesidad y el sobrepeso son múltiples, el consumo de alimentos altos en azúcares, alimentos ultraprocesados y grasas saturadas y tener una vida sedentaria o con poca actividad física son las principales. Otros factores que influyen son la edad, la raza, elementos socioculturales, conductuales, y genéticos.

La Realidad en Chile es compleja, Según datos de la última Encuesta Nacional de Salud. Sólo en una década la población con sobrepeso u obesidad aumentó drásticamente. De hecho -en 2010- un 64% de los adultos eran obesos. Sin embargo, a la fecha, el Ministerio de Salud reveló que más del 74% de los chilenos tiene problemas de sobrepeso.
La obesidad es un factor de riesgo para múltiples enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, primeras causas de muerte en la población nacional.

La obesidad en sí no tiene cura. Sin embargo, tomar conciencia de cómo nuestros hábitos pueden afectar nuestra salud es lo primordial. Mejorar la relación con la comida para de esa forma alimentarnos con más equilibrio e incorporar una rutina de ejercicios puede ayudar a mitigar los problemas causados por esta enfermedad.
Podemos empezar a hacernos más conscientes desde el momento en el que hacemos las compras en el supermercado, elegir alimentos con menos sellos o que preferiblemente no tengan.

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